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EL TEATRO ABIERTO.
Foto1: Vista general. Una Mama de ayuda, 2 niños y 2 educadores, Rosa y Fernando, presentan los personajes de Caperucita.
Foto2: Empieza la aventura de Caperucita.
Foto3: Los niños actúan para ellos mismos delante un triple decorado articulado que se puede desplazar encima de la mesa.
Foto4: ¿Los espectadores? No importa la edad, disfrutan siempre.
Foto5: El niño actor se sitúa entre el Castillo Abierto que es un escenario muy amplio, casi aéreo, y  el cuerpo protector del adulto.
Foto6: Es la fiesta de las marionetas.
Foto7: Y la alegría de los actores.
Foto8: Y para los que llegan tarde o los tímidos, siempre hay un personaje extra de nuestra tropa que les hace compañía.

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Foto5

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Foto7

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Ingeniería mecánica del CASTILLO ABIERTO. Empezó con cajas de cartón a modo de escenario. Los niños se lo pasaron muy bien, así que había que seguir con la idea. El mismo día compré unas barandas de jardín. La construcción  se hizo en 2 semanas. Corté las barandas y les pusé unas bisagras, las pinté de blanco y las decoré. Rosa me dio unas fichas de madera de color de un juego obsoleto y las añadí. La idea siendo que los niños debían actuar detrás de la baranda recorté unas planchas de cartón piedra, fijándolas con grips de tela en las 3 partes de baranda, pudiendo así cambiar de planchas según la historia. 2 historias, con 3 planchas cada una  con su decorado especial. Los decorados son unas fotocopias en color sacadas de Internet, de casas campestres, un bosque, un barco pirata, una lámina del país de Nunca Jamás, y dos interiores. En los extremos pusé canaletas redondas de electricidad, más un larguero para colgar unas cortinas con anillas, para dar la semblanza de un teatro normal. No se ve en este reportaje, pero luego pinté las planchas de azul del lado que da a los espectadores. El resultado es práctico y ágil, permitiendo mover el Castillo Abierto sobre una mesa evitando así que los actores se desplacen lo menos posible. No hay que olvidar que algunos niños van en sillas de rueda y muchos llevan junto a ellos el carillo del suero.  

Proyecto educativo del TEATRO ABIERTO. Hace ya 5 meses que funciona el Teatro Abierto. Las actuaciones, son unas pasadas, los niños se lo pasan muy bien, y nosotros. El Teatro Abierto no tiene finalidad de que los niños hagan un espectáculo, sino en primer lugar que actúen para jugar, que conozcan la realidad de la manipulación de una marioneta. Y es obvio que la idea gusta tanto a los niños que a sus padres, dándoles así la idea de comprar marionetas para que el niño juegue en  casa, y también con sus padres. Cada vez, o casi siempre, una madre ha actuado en el teatro, y se lo ha pasado muy bien, hay que decirlo. Si lo pensamos en profundidad,  el valor de la marioneta supera a cualquier muñec@, por el mero hecho de que fomenta una participación  más activa y más amplia entre todos los actores. Con una muñeca, el niño juega solo, interioriza, pero con la marioneta, el niño interioriza y exterioriza, lo que fomenta la comunicación hacia los demás. Con más razón, y más interés cuando esta comunicación puede hacerse entre padres e hijos. 
El otro interés es que para la mayoría de los niños nunca han manipulado una marioneta de guante. Con nuestro taller hacen una primera experiencia lúdica del tema. A parte del rato agradable que pasan con nosotros, esperemos ver entonces surgir en un tiempo lejano unos futuros titiriteros. Así va la vida.